Talento Humano
Todos los ejecutivos de éxito actuales, a la hora de preguntárseles ¿cuál ha sido un componente importante para el éxito en sus empresas?, responden prácticamente con la misma frase: “nuestro personal, es nuestro activo más importante”, convirtiéndola en un eslogan ampliamente mencionado, pero, según muestran los hechos, pocas veces entendido o realmente desarrollado.
Sin lugar a dudas, el Talento es la herramienta más importante con la que cuentan las empresas actuales para lograr el éxito; pero éste es pocas veces, apropiadamente, valorado o gestionado. El personal con talento, en sí mismo, es un elemento que agrega valor a las empresas.
Según Idalberto Chiavenato (2002), desde el 1990, cuando la sociedad y las empresas entraron a la Era de la Información; la Administración de los Recursos Humanos entró a la Era de la Gestión del Talento Humano.
Para él, al igual que muchos otros autores, la tecnología de la información había creado un nuevo sistema social y empresarial que hacía imprescindible, para su desarrollo, contar con individuos capaces.
Esta capacidad está basada en el desarrollo de todo el potencial personal que es posible alcanzar a través de su propia gestión y la de las empresas.
Podemos definir el Talento Humano de la Empresas como todos aquellos empleados/capital humano, que poseen conocimientos útiles para el logro de los objetivos de la misma.
A diferencia de los Recursos Humanos, cuando se habla de Talento Humano se tiene implícita la idea de que estos tienen una mayor capacidad de respuesta ante los sistémicos cambios que afectan a las empresas, lo mismo que una mayor capacidad para autogestionar el desarrollo de todo su potencial a través de la actualización permanente y la capacitación.
Debido a la importancia que estos tienen para las empresas, ésta tiene el compromiso de proporcionarles, mientras trabajan en ella, los medios para desarrollarse.
Sin lugar a dudas, el Talento es la herramienta más importante con la que cuentan las empresas actuales para lograr el éxito; pero éste es pocas veces, apropiadamente, valorado o gestionado. El personal con talento, en sí mismo, es un elemento que agrega valor a las empresas.
Según Idalberto Chiavenato (2002), desde el 1990, cuando la sociedad y las empresas entraron a la Era de la Información; la Administración de los Recursos Humanos entró a la Era de la Gestión del Talento Humano.
Para él, al igual que muchos otros autores, la tecnología de la información había creado un nuevo sistema social y empresarial que hacía imprescindible, para su desarrollo, contar con individuos capaces.
Esta capacidad está basada en el desarrollo de todo el potencial personal que es posible alcanzar a través de su propia gestión y la de las empresas.
Podemos definir el Talento Humano de la Empresas como todos aquellos empleados/capital humano, que poseen conocimientos útiles para el logro de los objetivos de la misma.
A diferencia de los Recursos Humanos, cuando se habla de Talento Humano se tiene implícita la idea de que estos tienen una mayor capacidad de respuesta ante los sistémicos cambios que afectan a las empresas, lo mismo que una mayor capacidad para autogestionar el desarrollo de todo su potencial a través de la actualización permanente y la capacitación.
Debido a la importancia que estos tienen para las empresas, ésta tiene el compromiso de proporcionarles, mientras trabajan en ella, los medios para desarrollarse.
