viernes, septiembre 22, 2017

DIFERENCIA ENTRE FLEXIBILIDAD Y DESORDEN

Si bien es cierto que las actuales tendencias en la organización y administración de empresas nos guían hacia ambientes de trabajo y procesos de negocios más flexibles, no es menos cierto que esto de ninguna manera debe tomarse como una invitación al desorden y la desorganización.

Primero que nada y por un asunto de simple cuidado con las funciones que son realizadas en una oficina; debemos entender que un ambiente de trabajo desorganizado provoca toda una serie de desperdicios que afectan directa e indirectamente el desempeño laboral del trabajador, comprometiendo de forma negativa el logro de los objetivos estratégicos de la organización; así como su propia salud.

Tan sólo para enumerar algunos ejemplos tenemos que, un área de trabajo desorganizada:
  1. Compromete la seguridad de todos los clientes de la organización (externos-internos-mixtos);
  2. Genera altos costes en desperdicios económicos y procedimentales (se malgastan o mal utilizan los suministros, los equipos de oficina; el tiempo de ejecución de las tareas se duplica);
  3. Se tiende a no ponderarse el buen uso de los equipos y el mobiliario de oficina; lo que compromete la higiene ambiental de la organización y dentro de ésta, la salud del empleado (desconocimiento del uso apropiado de ciertos equipos y el mobiliario-vicios de posición durante las ejecuciones de tareas repetitivas, los cuales derivan en problemas de salud-desconocimiento de los beneficios directos que resultan de la correcta organización del área de trabajo).
Estos son solo algunos ejemplos de las consecuencias de importancia, tanto clave como estratégica, que resultan al pretenderse administrar un negocio prescindiendo de las más elementales normas de organización.

Pero aún hay más, y éste, aunque pueda catalogarse como un intangible cuyo valor real no puede ser cuantificado en toda su extensión, cuando sus consecuencias son negativas afectan la percepción que los clientes tienen de una determinada organización y su credibilidad.

Para nadie es un secreto, el que la credibilidad de una organización es relacionada directamente con la imagen que proyectan sus empleados y el espacio donde desarrollan sus funciones.

Un espacio mal organizado o desorganizado; personal desaliñado; mal presentado; confundido; inconsistente a la hora de proporcionar informaciones; carente de los conocimientos básicos sobre el manejo adecuado de sus equipos y el mobiliario que utiliza; deja la impresión, en los clientes externos, de no estar capacitado para realizar las funciones que le han sido asignadas y ésta es, quizás, una de las valoraciones negativas más sensiblemente importante que podría sufrir una organización, en los actuales momentos.

Perder la credibilidad de sus clientes, en momentos de crisis económica y financiera como los actuales, puede llevar a una organización al fracaso; el cual puede resultar irreversible si no se toman a tiempo los correctivos de lugar.

Los fallos organizacionales repercuten directamente en la efectiva y eficiente ejecución de todos los procedimientos administrativo, productivos y de negocios; por lo que es necesario saber discernir entre lo que es flexibilidad y desorden.

Cuando el desempeño de sus empleados afecta, negativamente, el proceso de alcanzar de los objetivos que se ha propuesto su organización; es momento de analizar ¿qué se está haciendo mal?


Las respuestas de ese análisis podrían sorprenderle y resultar en que el fallo está en aspectos organizativos, fácilmente, corregibles.

HELEN DUKAS - Una secretaria cuya labor no terminó con la muerte de su jefe.

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