Muchas personas se convierten en exitosos profesionales; pero en su vida personal sienten que les falta algo aunque no puedan explicar exactamente qué es.
Éstas han entendido o se han visto en la necesidad, de sacrificar su vida personal por alcanzar sus metas profesionales, quedándoles al final, la sensación de que han renunciado a algo por demás importante.
Equilibrar y Conciliar son los verbos básicos para alcanzar el éxito sin culpas ni arrepentimientos, que el secreto está en buscar el punto de equilibrio entre ambos extremos.
Expresado así pareciera muy fácil, lo sé; sobre todo cuando estamos inmersos en nuestros trabajos no nos damos cuenta de la rapidez con la que va pasando el tiempo y al final del día notamos que nuestros compromisos laborales no han terminado; viéndonos obligados a olvidarnos de nuestras necesidades personales.
Pero ojo, equilibrar los aspectos profesional y personal de nuestras vidas no significa tener más tiempo libre; sino que cada persona sea capaz de desarrollar su vida de la manera más plena, sin obviar aspectos que puedan generarles frustraciones.
Esta no es una lucha que el colaborador libra unilateralmente; puede estar seguro que las empresas comprenden la necesidad de equilibrar los aspectos profesional y personal en la vida de todos sus miembros, sobre todo debido a la gran carga de emociones negativas que este desequilibrio podría generar en ellos; la cual, indiscutiblemente, se refleja en el desempeño laborar de estos.
Por esto, muchas organizaciones han creado programas motivacionales con el propósito de ayudar a sus colaboradores a identificar sus puntos de equilibrio, y reorganizar más efectivamente sus prioridades.
A nadie tanto como a ellos les conviene contar con un colaborador identificado y comprometido con sus objetivos; pero que al mismo tiempo sea autosuficiente, esté motivado y satisfecho tanto de su desempeño como de sus logros personales; pero usted debe hace mucho más que quejarse: defina un estilo de vida más acorde con sus necesidades y objetivos; no haga cambios radicales en su rutina, vaya implementándolos, paulatinamente, hasta que logre asimilarlos; organice los aspectos económicos de su vida ya que a menos horas de trabajo menos ingresos; revise su escala de valores y organice sus prioridades. Muchas veces nuestro concepto del éxito no tiene que ver con lo que nosotros realmente creemos que es, sino con lo que los otros creen y que hemos asumido como válido aun sin estar plenamente convencidos; por esto hay muchas personas viviendo el sueño de otros. Y, por último, enfrente sus temores y asuma los cambios con decisión; abandonar nuestra zona de confort no es fácil ni deseado; pero una vez que empecemos a ver los frutos positivos de estas nuevas acciones, nos acostumbraremos a nuestro nuevo estilo de vida.