EL PROCESO DE APRENDIZAJE DE LA DIGITACIÓN AL COMPUTADOR
Al parecer son pocas las personas que entienden lo que, verdaderamente, significa saber digitar al Computador. No son pocos los que erróneamente creen que el surgimiento de la Computadora los ha eximido de las correcciones que eran necesarias para escribir a Máquina. ¡Gran error!
A cada paso me encuentro con ejecutivos y gerentes que se lamentan de la falta de profesionalidad que exhiben sus colaboradores de oficinas/digitadores, y añoran el retorno de las antiguas prácticas secretariales donde la corrección del profesional se percibía desde su postura hasta la terminación de la labor realizada; pasando por la organización del área de trabajo; el manejo y dominio del teclado; la exactitud y precisión en el tecleado; el correcto uso de las reglas ortográficas y la impecable presentación del trabajo terminado.
Al parecer, muchos entendieron, que el surgimiento del Computador les absolvió de la necesidad de aprender ciertas reglas, obligatorias para lograr un, efectivo y eficaz, desempeño en aquellas funciones relacionadas con el procesamiento de datos y la administración de la información.
Hoy, nos vemos en la necesidad de rescatar de la antigüedad ciertas reglas, como las mecanográficas, y recordarles a los nuevos profesionales, que su área de ejecución e incidencia no se limitaba a la Máquina de Escribir; sino, que su utilización ha venido pasando por el mismo proceso de avance y actualización que ha recorrido éste antiguo pero apreciable equipo de oficinas; que sus bases estaban orientadas a influenciar sobre todos los aspectos relacionados con las funciones secretariales y que, actualmente, cuando los avances tecnológicos han convertido en vital el tiempo dedicado a la ejecución de las tareas y las tomas de decisiones, es imprescindible contar con todos aquellos conocimientos, competencias y habilidades que aporten valor al trabajo realizado.
Para finalizar, me permito recordarles, que cuando hablamos de Reglas Mecanográficas, nos referimos a todas aquellas normas y pautas que nos permiten realizar un trabajo de digitación con la mayor precisión y exactitud; al tiempo que desarrollamos la habilidad de escribir al tacto (sin mirar las teclas ni el monitor); y en el proceso, también aprendemos:
- A organizar nuestra área de trabajo;
- A utilizar de manera adecuada los equipos y el mobiliario oficinas;
- A minimizar la generación de desperdicios durante el procesamiento de datos (tiempo empleado-material gastable-suministros-erradicación de errores ortográficos y de digitación);
- A desarrollar una Imagen Profesional acorde con la función realizada y el lugar dónde se llevará a cabo; capaz de transmitir a los clientes la debida credibilidad en nuestras competencias para realizar el trabajo que nos ha sido asignado;
- A incrementar nuestro rendimiento profesional; mientras más respetemos las reglas posturales aprendidas, menor será nuestro desgaste físico como consecuencia de la realización de tareas repetitivas durante un largo período de tiempo.
Y, estos son sólo algunos ejemplos de aquello que puede ser apreciado a simple vista; el valor como profesional que se adquiere cuando se muestran sobradas competencias en el desempeño de un trabajo; es un intangible que sólo se puede medir, a través de nuestro progreso profesional y en estos casos, le puedo asegurar, que la vara siempre está alta.