Desde que la administración
se alejara de las prácticas radicales del Taylorismo y se avocara hacia una gestión de empresas mucho más humana, abarcando
aspectos como la ergonomía de oficias, la decoración y ambientación de los espacios
de trabajo; las plantas han jugado un papel destacado en la armonización de
estos.
Pero, como se ha
podido comprobar, su utilización no es puramente ornamental. Diversos estudios han demostrado que las plantas
ejercen una influencia positiva, tanto física como psicológicamente, sobre las
personas y en cuanto al ambiente: contribuyen a la purificación del aire y la
disminución del ruido al absorber los sonidos de alta frecuencia, incrementan
la humedad relativa del aire, combaten la contaminación, reducen la sensación
de fatiga, mejoran el estado de ánimo y la sensación de bienestar, reducen el
estrés, aumentan la sensación de relajación, actúan como estimulantes naturales, entre otros aspectos.
Un estudio realizado
por el investigador de la NASA, Dr. B.
C. Bill Wolverton, determinó a grandes rasgos, que las plantas, debido al
proceso de Fotosíntesis, eran excelentes purificadores del aire, y que contribuían
a eliminar la mayoría de los elementos que contaminan el aire; basados en éste
y otros estudios de la misma línea, muchos entendidos en Higiene Industrial
coinciden en que al ser utilizadas en los espacios de oficina, sobre todo
cerrados y pequeños, éstas
proporcionaban un ambiente más sano y por ende, contribuían a incrementar la
capacidad creativa y el desempeño de los colaboradores.
Con relación a su incidencia
en el desempeño de los colaboradores, hasta hace poco, esa era una teoría que
no había podido ser comprobada de manera concreta. Con el uso de las plantas en los ambientes de
oficina, se procedía como con el de
cualquier otro recurso intangible con valores marginales; o sea, aunque sus
beneficios en cuanto a la productividad no están comprobados, o no los podamos
cuantificar ni medir, mejor las utilizamos y así no carecemos de algo que
podría estar agregándonos algún valor aunque sólo sea ornamental. De ahí que su utilización es casi “natural”
cuando de la decoración de las organizaciones se trata.
En la actualidad, el
uso de plantas se está estudiando más concretamente, con relación al incremento
de la productividad en las oficinas, enfrentándose la efectividad de este nuevo
concepto, no sólo al Taylorismo, Teoría Administrativa
basada en una estructurada distribución del trabajo; sino también al Lean Office el método de gestión y organización de oficinas que
busca elevar a productividad laboral sustentado en una simple premisa: “si
usted sólo tiene sobre su escritorio aquellos elementos que requiere para hacer
su trabajo, sin la distracción de diversos accesorios ni de objetos personales,
entonces, podrá realizar su trabajo de forma más efectiva y eficiente”.
Los sicólogos Craig Knight y S. Alexander
Haslam de la Universidad de Exeter condujeron un examen experimental acerca
de cómo los espacios de trabajo afectan el bienestar y la productividad de los
colaboradores que los ocupan, en el cual las plantas formaron un componente
esencial del mismo.
Utilizando como patrón
los niveles promedio de productividad, alcanzados con la utilización de Lean Office, combinados con métodos de distribución,
ejecución y supervisión del Taylorismo;
los cuales, finalmente, luego fueron modificados permitiéndoles a los
participantes hacer una serie de cambios; estos sicólogos guiaron a sus grupos de control,
a través de una serie de tareas y experiencias organizacionales, que les
llevaron a concluir que los ambientes estériles y carentes de autonomía y empoderamiento,
no son, necesariamente, los más
productivos.
En cuanto a la
influencia de las plantas se refiere, estos concluyen que cuando fueron introducidas en espacios
interiores carentes de ventanas, los colaboradores fueron mucho más productivos;
por ejemplo, se incrementó, significativamente, su tiempo
de respuesta en tareas relacionadas con el uso del computador; mientras que en
lo personal, las lecturas de la presión sanguínea sistólica bajaron hasta en
cuatro dígitos. Lo que cual les llevó a determinar,
que las plantas contribuyen a crear un
espacio de trabajo más saludable e incrementan, de manera general, la productividad de los empleados.
Con los resultados
de los estudios realizados, por estos y otros profesionales, como una prueba cuasi
tangible de la utilidad de las plantas en el ambiente laboral, se están
desarrollando proyectos, donde se fomenta su utilización para crear ambientes
de trabajo ecológicos, que contribuyan a un mayor saneamiento de las condiciones
ambientales, con claros beneficios para las organizaciones. Ya existen programas que certifican y promueven
el uso de las plantas en el área de trabajo, con el fin de mejorar la
productividad, todos los cuales promueven la creación de oficinas verdes para
un mejor desarrollo integral de las organizaciones y un elevado desempeño
laboral y personal de sus colaboradores.
Para maximizar los
efectos de las plantas, se sugiere tomar en consideración el tamaño del espacio
y la cantidad de ocupantes permanentes que estos tengan; de esta forma, hay
empresas que sugieren 2 plantas por
personas, otras 8 por personas, todo dependerá del tipo de esquema
organizacional que se utilice.
Como siempre
decimos, nada nos cuesta probar, sobre todo cuando la solución para el crecimiento
sostenido de la productividad de las organizaciones, puede ser tan sencillo y
agradable.