LIDERAZGO ES APRENDER
Siempre he pensado que la capacidad de aprendizaje continuo es una habilidad que, necesariamente, debemos desarrollar para poder mantenernos, eficazmente, en el competitivo ambiente laboral en el que nos ha tocado desenvolvernos como profesionales.
No podemos dejar de ponderar, no sólo la necesidad de aprender continuamente, sino también, destacar lo difícil que resulta aquilatar esta necesidad de renovar esos conocimientos que creemos infalibles e imperecederos.
Si bien es cierto que muchas veces entendemos que por el hecho de haber obtenido un grado profesional o universitario ya lo sabemos todo, en realidad, es cuando empezamos a trabajar cuando nos damos cuenta de que a penas hemos adquirido una mínima parte, lo elemental/esencial, de lo que realmente necesitamos saber para realizar nuestro trabajo con éxito.
Si a esto le sumamos el que cada “empresa es un mundo a parte, aunque varias se dediquen a lo mismo” y cada puesto requiere un cierto grado de conocimiento especializado para poder desempeñarse, lo cual generalmente dependerá de los objetivos perseguidos por la empresa; entonces, nos daremos cuenta de que, ciertamente, cada experiencia de trabajo es una nueva oportunidad, no sólo para aplicar lo aprendido, sino de aprender cosas nuevas.
Todo nuevo aprendizaje conlleva un cambio y esa sola palabra, en muchos casos, se convierte en una liga de resistencia obstaculizando y hasta impidiendo todo proceso de avance. En ciertos momentos, esta resistencia al cambio se presenta en la simple forma de un pensamiento negativo, el cual muchas veces está reforzado por nuestras creencias y experiencias personales, las cuales definitivamente, son muy difíciles de combatir aunque no imposible.
Tal como se expresa en la lectura, lo importante es decidirse a dar el paso. Nadie llega a alguna parte si no empieza a caminar. Y aunque muchas veces ese primer paso es el más difícil, una vez que se ha dado los demás resultan más fáciles.
Lo importante es saber esperar lo inesperado. Cuando se cuenta con bases sólidas para emprender una acción hay que tener en claro que surgirán contratiempos, pero también, que nuestra preparación y la capacidad de aprender de las situaciones/oportunidades, negativas o positivas que se nos presentan, se constituirán en importantes recursos para el éxito futuro.
Para ejercer el liderazgo en la actualidad es necesario ser flexibles, estar abiertos a los cambios y promoverlos.
Si bien es cierto que muchas veces entendemos que por el hecho de haber obtenido un grado profesional o universitario ya lo sabemos todo, en realidad, es cuando empezamos a trabajar cuando nos damos cuenta de que a penas hemos adquirido una mínima parte, lo elemental/esencial, de lo que realmente necesitamos saber para realizar nuestro trabajo con éxito.
Si a esto le sumamos el que cada “empresa es un mundo a parte, aunque varias se dediquen a lo mismo” y cada puesto requiere un cierto grado de conocimiento especializado para poder desempeñarse, lo cual generalmente dependerá de los objetivos perseguidos por la empresa; entonces, nos daremos cuenta de que, ciertamente, cada experiencia de trabajo es una nueva oportunidad, no sólo para aplicar lo aprendido, sino de aprender cosas nuevas.
Todo nuevo aprendizaje conlleva un cambio y esa sola palabra, en muchos casos, se convierte en una liga de resistencia obstaculizando y hasta impidiendo todo proceso de avance. En ciertos momentos, esta resistencia al cambio se presenta en la simple forma de un pensamiento negativo, el cual muchas veces está reforzado por nuestras creencias y experiencias personales, las cuales definitivamente, son muy difíciles de combatir aunque no imposible.
Tal como se expresa en la lectura, lo importante es decidirse a dar el paso. Nadie llega a alguna parte si no empieza a caminar. Y aunque muchas veces ese primer paso es el más difícil, una vez que se ha dado los demás resultan más fáciles.
Lo importante es saber esperar lo inesperado. Cuando se cuenta con bases sólidas para emprender una acción hay que tener en claro que surgirán contratiempos, pero también, que nuestra preparación y la capacidad de aprender de las situaciones/oportunidades, negativas o positivas que se nos presentan, se constituirán en importantes recursos para el éxito futuro.
Para ejercer el liderazgo en la actualidad es necesario ser flexibles, estar abiertos a los cambios y promoverlos.