lunes, febrero 21, 2022

Katharine Gibbs - La Precursora del Secretariado Moderno


KATHARINE GIGGS (1863-1934) 

La Mujer que llevó el Secretariado de un oficio a una profesión.

 Hoy, las mujeres occidentales gozamos de ciertas libertades sociales, las cuales, desafortunadamente, damos sentadas, sin pensar en que esto no siempre fue así, y que hace, aproximadamente, 120 años, la situación de la mujer, sobre todo en el campo profesional y laboral era, por decirlo de alguna forma, muy difícil.

Desde finales del 1800, el trabajo de oficinas empezó a cambiar, dando paso a una participación más significativa de las mujeres.  Primero, por inventos como el Teléfono, la Máquina de Escribir de Sholes, la Máquina Calculadora o el Dictáfono, los cuales modificaron drásticamente el ambiente y las condiciones de trabajo.  Segundo, porque la participación de los hombres en los oficios regulares se veía mermada, básicamente, por los conflictos bélicos, ya que estos debían dejar sus trabajos regulares para ir a luchar a los campos de batalla, como lo sucedido durante la Guerra Civil Norteamericana (1861-1869), cuando el Departamento del Tesoro contrató 1,500 mujeres como secretarias, y finalizada la guerra, el Gobierno Federal dio prioridad a la contratación de las viudas que habían perdido sus maridos en la guerra; y tercero, debido a que  los avances en materia comercial, administrativa y de negocios,  llevaron a requerir profesionales en esas áreas; es así como en el 1893 empiezan a surgir  Escuelas de Secretariado por toda la costa este de Norteamérica, pero aun así, para inicios del 1900, los hombres continuaban siendo los que, comúnmente, trabajaban como secretarios; estos eran preferidos, básicamente, por su género, por el cual resultaban más confiables a la hora de llevar los asuntos privados y confidenciales de sus jefes.

Katharine Ryan Gibbs, a comienzos del Siglo XIX; era una mujer de 46 años, viuda y madre de dos niños a quienes debía sacar adelante; todo lo cual pareció funcionar como el catalizador necesario para que esta creara la mejor institución educativa de su clase:  La Katharine Gibbs School (1911), sujeta a la frase familiar “¡Aférrate a tu propósito!, la cual se convirtió en el mantra de su Escuela por más de 100 años.

En 1910, Mary, la hermana de Katharine se inscribió en la Providence School for Secretaries, aunque para esa época, las mujeres que querían ejercer el secretariado eran mal vistas, considerándoseles como usurpadoras, oportunistas y arribistas.  Un año después, 1911, cuando Mary, se gradúa, el ambiente laboral continuaba siendo poco menos que hostil para las mujeres.  Imagínense un escenario donde hasta un reconocido doctor de la Escuela de Medicina de Harvard fue capaz de decir que “la educación superior podría causar la atrofia del útero”; donde los hombres eran los “secretarios”, mientras que las mujeres eran identificadas por la función que realizaban o el equipo que utilizaban, por lo que eran mecanógrafas, dactilógrafas, redactoras, archivistas, nunca secretarias.  (En la historia del secretariado en Hispanoamérica, tenemos referencias muy similares; en Tiempos Feudales las mujeres que ocupaban las funciones de los Secretarios de los Señores o Nobles, mientras estos estaban en los campos de batalla o enfermos;  además de que eran sus familiares cercanos como esposas, hijas, hermanas,  eran designadas como "Castellanas”; mientras que hasta hace muy pocos años los diccionarios en español definían a la Secretaria como la “esposa del secretario” o “la mujer que realizaba las labores del secretario”).  Es en ese momento cuando Katharine y su hermana, deciden que era hora de cambiar esa imagen.

Al principio la escuela de Katharine, no estaba dirigida únicamente a las mujeres, por el contrario, era una escuela mixta, pero las guerras no solo afectaban la afluencia de hombres a los puestos de trabajos, también, su asistencia a los centros educativos y es así como la Primera Guerra Mundial mermó la presencia de los estudiantes en la escuela de Katharina, lo que hizo que ella se enfocara en las mujeres, y con tal éxito, que luego de un tiempo, las personas empezaron a identificar su escuela como una institución femenina.

La Escuela empezó a destacar por la calidad de sus clases y sus egresadas; pero Katharina, tenía otro sueño, el de que algún día su escuela dejaría de entrenar secretarias y empezaría a formar mujeres ejecutivas; su deseo era formar a las mujeres para una vida donde gozaran de independencia emocional y financiera:  por lo que  cambió el programa de clases que se desarrollaba en su escuela por uno que abarcaba mucho más que la mecanografía y la dactilografía, incluyendo clases de vestuario, comportamiento y refinamiento personal.

Para el momento de su muerte en el 1934, la Escuela para Secretarias de Katharina Gibbs, había formado miles de secretarias ejecutivas.  Sus egresadas tenían una gran reputación por sus habilidades de oficinas, organización, puntualidad, excelente preparación y su impecable forma de vestir y conducirse.  Sus Manuales de clases y su Revista escolar “The Gibbsonian”, eran muy demandados no solo por sus estudiantes, sino por el público en general, y los hombres, regresaron a sus aulas.  Sus estándares de calidad se mantuvieron aun después de su muerte; las principales revistas y periódicos de los Estados unidos escribían artículos donde destacaban la calidad excepcional de los egresados de la Escuela, como el de Newsweek (1943) que la describió como “La Escuela para Súper Secretarias” o el publicado en el 1986 por el New York Time que la consideró la “Mejor Escuela Secretarial”.

Aunque la familia Gibbs, vendió la Escuela al grupo Macmillan Publisher, en el 1968, la Escuela se mantuvo como un gran referente en la formación profesional de Secretarias en todo Estados Unidos, hasta el día de su cierre.  Tanto la familia Gibbs como sus dueños posteriores se aseguraron de mantener los criterios, estándares, programas y manuales creados por Katharine Gibbs, respetando su visión, sus valores, su devoción por la educación y su espíritu perseverante.

La Escuela para Secretarias de Katharine Gibbs, cerró en el 2011.  Durante esos 100 años de funcionamiento sus orgullosos egresados ocuparon puestos de gran importancia dentro del tren administrativo norteamericano e internacional.  Tan altas eran sus referencias como escuela profesional que fue considerada como la Harvard de las Escuelas Secretariales.  


 

martes, febrero 15, 2022

LAS SECRETARIAS... Y SUS HISTORIAS: LILIAN SHOLES (30 de septiembre 1850-1941)




 No es la Primera Secretaria de la Historia de la profesión, de hecho, para el 1800 ya las mujeres formaban parte del personal de las empresas que iban surgiendo, realizando en forma tímida tareas relacionadas con el secretariado como la clasificación de correspondencia o contestarlas a mano; aunque es innegable que los hombres seguían siendo preferidos como secretarios personales de los dueños y administradores; pero el título de Primera Mecanógrafa sí es correcto. 

Lillian Sholes apoyaba a su padre en todas sus invenciones, las cuales estaban destinadas, en su mayoría, a mejorar la productividad administrativa de las empresas.  Cuando él y sus colaboradores empezaron a dirigir todos sus esfuerzos en crear una Máquina de Escribir, ella le ayudaba a hacer las demostraciones que su padre programaba al presentar los prototipos a posibles fabricantes y compradores; aunque no es hasta el surgimiento de la Máquina de Escribir Remington I, cuando su nombre adquiere preponderancia.

Para el 1873, ya Sholes y sus asociados tenían el prototipo de una Máquina de Escribir funcional, pero al tratar de venderla se encontraron con algunas quejas de los usuarios, y dentro de las principales estaban:

  • Para muchos resultaba cara.
  •  Su apariencia era considerada, un tanto, femenina; recordemos que además de ser fabricantes de armas, la empresa Remington & Son, fabricaba máquinas de coser y utilizaron el mismo sistema de pedales para mover el carro de retorno.
  • El techado QWERTY, invención de Sholes, resultaba difícil de aprender para los secretarios de la época.

Pero eso no detuvo a Sholes y sus asociados, al contrario, utilizaron esas quejas como punto de partida para impulsar las ventas de sus máquinas y de paso, abrieron una oportunidad laborar en forma definitiva para las mujeres.

Lo del precio, sabían que mejoraría en la medida en que aumentaran las ventas. Su apariencia fue la oportunidad perfecta para lanzar campañas promocionales dirigidas exclusivamente a las mujeres.  Y en cuanto al dominio del Teclado, organizaron cursos para enseñar a los posibles compradores cómo utilizar las máquinas; y estos cursos eran impartidos por Lilian Sholes.

Con el paso del tiempo, las ventas se incrementaron no solo en los Estados Unidos, sino también en todo el mundo, Lillian Sholes empezó a entrenar a los vendedores en el uso de la máquina para que así, estos pudieran hacer sus demostraciones a los clientes; pero además, estos cursos empezaron a ser demandados por el público en general lo que llevó a la empresa Remington & Son,  a dar cursos de mecanografía dando a origen a la Remington System Commercial School, la cual abrió sucursales en prácticamente todo el mundo.

Lillian Sholes muere en el 1941, pero el papel jugado por ella, por tanto, en la aceptación de la Máquina de Escribir como en la inclusión de las mujeres al mercado laboral, como secretarias,   no pasó desapercibido y es así como en el 1950, para la celebración del centenario de su nacimiento, los fabricantes de máquina de escribir se reunieron para realizar eventos a todo lo largo y ancho de los Estados Unidos como una forma de conmemorar su legado.  Uno de estos eventos fue el concurso de dactilografía en el cual participaban las mejores secretarias del país.

Este concurso fue tan exitoso que empezó a celebrarse el 30 de septiembre de cada año, fecha de nacimiento de Lillian, y con el tiempo dio paso a la celebración del Día de la Secretaria.

martes, octubre 19, 2021

miércoles, septiembre 16, 2020

¿Study-Influencers? ¿Eso existe?

 GRATAMENTE IMPRESIONADA


Es muy fácil perderse en el ruido de la cotidianidad; sobre todo cuando las cosas negativas son tan ruidosas y reciben tanta promoción y exaltación.

 En ese marco, pareciera que los temas negativos dominan las redes sociales  y nos vemos envueltos en dramas, conductas amorales, música estridente y degenerativa, que nos llevan a pensar que son el reflejo real y exacto de la sociedad actual; pero esta Cuarentena, motivada por el Covid-19, confinó dentro de cuatro paredes, prácticamente a todos los seres humanos, incluso a aquellos que mantenían el predominio de las redes sociales a base de la desinformación, la vulgaridad, la falta de formación personal y una continua promoción de que la integridad, el respeto, los valores morales y las buenas costumbres sociales eran bienes en desuso, carentes de relevancia y vigencia; la importancia y el impacto generado por esta intempestiva problemática de salud nos hizo buscar otras formas más positivas de comunicación, sobre todo, para asirnos a la vida y eso permitió que emergieran aquellos personas que basan sus redes en mensajes positivos; que entienden el valor del autorespeto como base para la dignificación del hombre y sobre todo  la gran importancia que tiene la educación para el desarrollo integral de las naciones.

 Quienes me conocen saben que soy una abanderada del libre conocimiento; que uno de los lemas fundamentales de mis redes sociales es “siempre, siempre es buena idea compartir lo que sabes”; que soy una autodidacta de muchas disciplinas y una buscadora incansable de información y conocimientos y, como es lógico, eso me lleva a estar suscrita a cientos de páginas y canales educativos; pero mi descubrimiento, que no es algo nuevo, ya que su vigencia data de hace muchos años, es una comunidad amplísima; lo que lo hace mucho más agradable para mí, conformada por niños, adolescentes, adultos jóvenes, que desarrollan en sus redes sociales temas sobre la educación y técnicas de estudio; aunque ustedes no lo crean, yo apenas estoy descubriendo los Studygramers (Comunidad dedicada al estudio a través de Instagram), los StudyTokers (en Tik Tok) y los Studytubers (en Youtube); muchos de estos también tienen páginas de Facebook, Twitter y Pinterest; con cientos de miles de seguidores y cuyos videos suman millones de vistas; sus temas, aunque gravitan, esencialmente, alrededor de su experiencia como estudiantes, van desde técnicas de estudios, cómo organizarse para estudiar, cómo tomar apuntes, cómo prepararse para un examen, una presentación; recomendaciones y reseñas de materiales escolares, libros, etc.; en fin, la experiencia educativa vista a través de los ojos del estudiante, del alumno, no del maestro, lo cual es importantísimo.

 Y considero que estas páginas son importantes y representan un significativo aporte para el proceso educativo, en general, porque, en el caso de los jóvenes,  no es lo mismo que la importancia de la educación en el proceso de cambiar y transformar una vida, se lo explique un adulto o en cualquier caso un profesor/a, a que lo escuche de labios de una persona que tiene su misma edad y hasta los mismos gustos generacionales, la identificación es distinta.

 La gran cantidad de este tipo de “influencers”; así como los temas que manejan y cómo lo hacen, me ha sorprendido gratamente, al grado de suscribirme a muchas de estas páginas,  porque me he dado cuenta de que no estamos arando en el desierto, hay una gran cantidad de jóvenes que tiene una visión más acabada de la vida, que ven su mejor futuro reflejado en el estudio, en la educación, y ese ha sido, para mí,  uno de los alicientes de este confinamiento.

Les invito a buscar en Instagram, Youtube, Tik Tok, Twitter, Pinterest y Facebook, la comunidad de jóvenes que dedica sus espacios al estudio, la lectura y sus experiencias como estudiantes, sé que muchos se van a sentir identificados y sobre todo podrán sacar provecho de sus consejos y experiencias.    

¿Sabes la diferencia?